sábado, 31 de agosto de 2013

LA HISTORIA SE REPITEN

Las próximas encuestas dirán si la elevación del mínimo de ganancias alcanza para que el gobierno recupere votos o prevalece en cambio el repudio a la presidente.

La elevación del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias no sólo tendrá un costo fiscal importante, sino que coloca al gobierno y en particular a CFK ante una instancia política crítica. En las próximas dos semanas las encuestas señalarán cuál es el impacto de la medida en la intención de voto. O sea, cuántos puntos se espera que recupere el Frente para la Victoria para las elecciones del 27 de octubre. Algunos consultores ya prevén que si la medida tiene un efecto electoral reducido, esto podría significar que el rechazo a la gestión de la presidente es más sólido de lo que se pensaba y que no depende exclusivamente de razones económicas. Conclusiones de este tipo podrían a su vez traducirse en un mayor debilitamiento de la figura presidencial, alimentando las versiones sobre una futura crisis en el PJ. De este modo, con la medida tomada, el gobierno se arriesga inevitablemente a un blanqueo de las causas reales de su deterioro electoral.
En otro orden de cosas, en la mesa chica del Frente para la Victoria se está discutiendo la agenda de campaña de Cristina para las próximas semanas. Esto incluye qué provincias visitará. Como es sabido, algunos gobernadores del PJ, como Francisco Pérez (Mendoza), José Luis Gioja (San Juan) y Eduardo Fellner (Jujuy), preferirían descristinizar la campaña, o sea, que ella no aparezca en sus respectivas provincias. De ser así y si la presidente sólo recorriera las provincias cuyos gobernadores la invitan (Entre Ríos, Chaco, Formosa, Santiago del Estero, etc.), quedaría en evidencia que se está delineando una fisura en el bloque de gobernadores del oficialismo. Un caso extremo sería el de Santa Cruz. Allí Máximo Kirchner y sus amigos de La Cámpora pretenderían que Cristina se haga presente para enfrentar al rebelde gobernador Daniel Peralta, que controla al PJ.
Peronistas out

Las alquimias electorales del oficialismo tienen también otras facetas. Por ejemplo, estaría tomada la decisión de trabajar con perfiles ideológicos contrapuestos la Capital y la Provincia de Buenos Aires. En esta última, Martín Insaurralde seguiría con su discurso moderado, a veces parecido al de Sergio Massa, tratando de capturar votos de centro. Pero la novedad está en el escenario porteño. Los consultores de la campaña oficial habrían aconsejado, y la presidente aprobado, un giro oportunista hacia la izquierda para intentar sumar sobre todo a los sectores juveniles, en buena medida universitarios, que pueden ser captados por UNEN.
Pablo Ferreyra, hermano de Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero asesinado durante una protesta en 2010, habría sido sondeado días atrás para el primer lugar de la lista de legisladores del Frente para la Victoria en Capital, en lugar del Ministro de Trabajo Carlos Tomada, que tenía una relación fluida con José Pedraza, condenado por ese crimen. Sea Ferreyra u otro perfil de izquierda no peronista, lo cierto es que esta decisión ya habría provocado reacciones indignadas de los sindicalistas que hoy gerencian el PJ porteño. Andrés Rodríguez (UPCN) y Víctor Santa María (SUTHER) encabezarían las protestas y se escuchan frases como “ya tenemos que soportar que en la CGT nos traten de empleados del gobierno y encima ahora van a hacer una lista de candidatos llena de zurdos”.
Con una visión optimista, en el gobierno estiman que Pino Solanas, Elisa Carrió y los principales candidatos de UNEN en las próximas semanas tratarán de capturar votantes del PRO y utilizarán un discurso cada vez más centrista. De ser así, sostienen, los grupos de izquierda se irían alejando cada vez más de UNEN y acercándose al gobierno. La realidad es que Daniel Filmus está hoy en el tercer puesto según la casi totalidad de las encuestas y que a la Casa Rosada el triunfo del PRO en octubre le preocuparía menos que el de UNEN.
La razón es que la victoria del frente de centro izquierda en el distrito que es la vidriera del país, podría tener un efecto expansivo en varias provincias, potenciando para el 2015 un resurgimiento de la UCR aliada a socialistas, la Coalición Cívica y Proyecto Sur. Por el contrario, un nuevo triunfo macrista en Capital tendría escasa influencia en el interior del país.

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