lunes, 19 de noviembre de 2012

DONDE ESTAN LAS RESERVAS DEL BANCO CENTRAL








El mito urbano dice que los u$s 45.130 millones del Banco Central no existen, que las reservas caen en forma sostenida y que si uno abre la “bóveda” de la entidad que lidera Mercedes Marcó del Pont sólo encontrará papeles pintados. Si bien el imaginario popular no coincide con la realidad, hay varios puntos en el detrás de escena de la ahora heterodoxa entidad que vale la pena conocer.
“Los fondos existen y están disponibles si es que la Argentina los necesita. La mayoría están depositados en el exterior porque es más eficiente tenerlos en Europa que contar billetes”, describe Hernán Lacunza, ex gerente general del BCRA, derribando la primera de las frases habituales. La mayoría de los fondos se encuentra en el Banco Internacional de Pagos de Suiza, tal como suelen resguardarse los principales Bancos Centrales del Mundo. “La composición exacta de las reservas no se debe conocer porque así se evitan movimientos especulativos a nivel local y se preserva el sistema”, describe Soledad Pérez Duhalde, economista de abeceb.com.
No obstante, de los u$s 45.130 millones hay u$s 8400 millones que son prestados: u$s 6000 millones que se los encomiendan los bancos argentinos por encajes de sus depósitos en dólares.
Es decir, como reserva de fondos que son de los depositantes y quedan bajo resguardo del Central. De ahí que cuando los ahorristas empiezan a sacar sus verdes billetes, el último mostrador al que se le termina demandando el dinero es el BCRA y se produce una reducción en las reservas. Los otros u$s 2400 millones prestados corresponden a Bancos Centrales del Exterior. En lo que va del año, las reservas cayeron u$s 1246 millones, por el pago de la deuda pública (fondo de desendeudamiento) y la salida de depósitos en dólares de los bancos post cepo verde.
“La decisión política está tomada. Se seguirán utilizando reservas para el pago de deuda”, sostiene un funcionario de Economía. El 3 de agosto último, se pagó el vencimiento del Boden 2012 por u$s 2300 millones y restan pagar otros u$s 2200 millones el 14 de diciembre, por el cupón PBI del crecimiento 2011.
Sin embargo, para ver la película completa de la entidad monetaria no basta con mirar las reservas.
El desendeudamiento externo tiene un correlato inverso con el mayor endeudamiento del sector público con el Banco Central. En 2003 era del 10% de los activos, en 2011 del 45% y la estimación para este año es del 55%. Léase, que más de la mitad del activo del Central es deuda del Tesoro.
“No se trata de ser ortodoxo ni heterodoxo, sólo basta con mirar los números”, se enoja Lacunza, actual número uno de Empiria Consultores. Un 30% son letras intransferibles, 22% son adelantos transitorios y 3% son bonos con cotización de mercado. Las letras son por tomar dólares del Central para pagar deuda, y muy probablemente terminarán siendo refinanciadas.
Lacunza cree que no se terminarán pagando y por eso las llama “Pagadios del Tesoro”. “Son pagarés que se dan a una tasa cercana a cero. El stock total es ya de unos u$s 34.000 millones y en 2013 serán unos u$s 8000 millones más. Es decir, u$s 43.000 millones, una cifra similar a las reservas”.
En el mismo sentido opina, Pérez Duhalde, economista de abeceb.com: “El financiarse a tasas bajas a nivel local y no internacional y hacerlo además vía inflación empieza a descapitalizar al Central”.
En paralelo, la emisión monetaria es otro comodín para financiar al Estado por medio de adelantos transitorios en unos $ 50.000 millones y el giro de utilidades contables de 2011 por $ 7700 millones. En definitiva, las reservas netas pasaron de respaldar el 70% de los pasivos monetarios en 2009 al 45% en 2011. Lacunza sostiene que el principal riesgo pasa por tener un BCRA con patrimonio negativo y con cada vez menos capacidad de respuesta para eventuales crisis internacionales.
Por su parte, en abeceb.com sostienen que una mirada al balance del Central da cuenta del desequilibrio monetario atado a las necesidades financieras del Gobierno. Lo grave es que la tendencia no se va a revertir. Y por ende la emisión va a seguir siendo elevada. Más cuando estratégicamente se decidió salir del foco en la custodia de reservas, para poner el ojo en la emisión de consumo interno.
Después de todo, desde las huestes del Central dicen que el problema lo tiene Adam Smith y no ellos.
C.A.

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